Como el tigre gallardo que cuidadosamente se mueve y observa antes de saltar. La meditación me da la capacidad de observarme a mi mismo y por lo tanto observar el mundo y tras esto se abre la posibilidad de preguntarme si lo que veo es felicidad o dolor. Reflexión en la vida diaria, preguntarnos por las cosas comunes y llegar al fondo de la cuestión. Llevamos la atención plena fuera del espacio donde meditamos y la aplicamos en la vida diaria. Eso es discernir, observar y preguntarnos si con eso traeré felicidad o no. Y es que, en esta vida en donde nos dan todo ya hecho y donde prácticamente eligen todo por mi, la posibilidad de discernir es un valor que se me antoja imprescindible.
discernimiento
Publicado por Daniel
Ciudadano en alerta de un planeta que estamos aniquilando, en búsqueda permanente, enamorado de la escucha y del inmenso silencio. Todo por escuchar. Lecturas escogidas, siempre. Ver más entradas