Conocida la decisión de las compañeras y compañeros de las CUP de votar en contra de la investidura de Artur Mas y antes de nada, me parece conveniente, desde el máximo respeto a esa decisión, comentar tres conceptos que, en cualquier análisis, deberían ser tenidos en cuenta. Previamente señalar que, desgraciadamente, una formación política vaya hasta el final en un proceso de ejercicio de decisión interna, asumiendo todas las consecuencias, no es lo común y eso es lo que sorprende en estos momentos. Por otro lado, lamentablemente a nadie sorprende que el personalismo y protagonismo de una persona sea la causa principal de la puesta en marcha de ese ejercicio de decisión. Dicho esto, creo que, para analizar la cuestión, habrá que hacerlo teniendo en cuenta los conceptos de democracia, estrategia y política.
Democracia. Poder del Pueblo. En este caso, el poder de la militancia de las CUP para decidir en una Asamblea. La carambola quiso que las opciones del SÍ y el NO empatasen a 1515 votos. Finalmente los 68 miembros del Consell Polític y el Grup d’Acció Parlamentaria han decidido no dar el apoyo al candidato de Junt pel Sí. Y a mi, más allá de la decisión, me maravilla la coherencia a la hora de seguir adelante con el ejercicio. Otra cosa es si, en estos momentos, ese ejercicio, con todas sus variables, era la mejor manera de decidir. Fórmulas hay muchas. Pero es una decisión que solo compete a las CUP. Los demás seguimos aprendiendo.
Estrategia. O cómo vas a conseguir un objetivo en un plazo x. En este caso llevar adelante el proceso de independencia de Catalunya. Porque entiendo que ese es el objetivo, y no otro. Dentro de esa estrategia hay que señalar los diferentes tiempos, los compañeros de juego y las tácticas e instrumentos que se utilizarán para llegar al objetivo final. Y esa estrategia deberían estar contempladas las consecuencias ante las diferentes posibilidades abiertas en el caso del apoyo o no a una investidura de Artur Mas. Las diferentes variables y sus consecuencias, no solo en la elección de un president, si no en en el independentismo, en el apoyo al derecho a decidir, los pesos electorales, la conformación de mayorías y minorías. En el caso de haber apoyado a Mas habrían dispuesto de casi cuatro años para trabajar y llevar adelante el proceso catalán. No apoyarlo significa una muy probable convocatoria de elecciones que, a buen seguro, cambiarán las relaciones de fuerza actuales y lo más seguro, las relaciones de fuerza entre Catalunya y el Estado español. Lo que está claro es que el proceso, de una manera u otra, debe continuar.
Política. Actividad tendente a buscar el bien común. O eso debería ser. En este caso los diferentes movimientos realizados en un momento concreto (investidura), con un objetivo común (llevar adelante el proceso catalán) y un objetivo particular (un tipo de sociedad diferente al modelo capitalista). Es evidente que las CUP están comprometidas en un proceso basado en el derecho a decidir que lleve a Catalunya a la independencia, pero también es conocido que esta formación tiene un modelo social que difiere, sustancialmente, en el modelo social de Artur Mas. En política hay que tomar decisiones y hay veces en que estas impulsan uno u otro objetivo. En esta ocasión se ha decidido impulsar el objetivo propio, no apoyando a una persona como Artur Mas, que representa la corrupción de un modelo social neoliberal y capitalista. Con esa decisión imagino que serán conscientes que el proceso por la independencia de Catalunya se ralentizará inevitablemente.
Desde el máximo respeto y desde una Euskal Herria que está a años luz de muchos de los ejercicios prácticos que se están dando en Catalunya creo que, en esta ocasión, la apuesta debía haber sido impulsar el proceso catalán mediante el apoyo a Artur Mas. ¿Por qué? Porque ese proceso necesitaba seguir haciendo su recorrido para hacerlo todavía más fuerte e irreversible ante los movimientos, electoralistas y estratégicos, que se están dando y se van a dar desde el Estado español. Y porque soy de los que pienso que la lucha social y nacional son diferentes reversos de una misma moneda. Con una Catalunya fortalecida nacionalmente se podría haber seguido avanzando, sin duda, en la justicia social, con un modelo más solidario y justo. Sea como fuere, todo mi apoyo y solidaridad para seguir adelante con ese proceso.
En otro momento habrá que valorar y reflexionar, también, sobre la decisión personalista de presentar a Artur Mas como candidato a president. Sin este empecinamiento, no habría existido, posiblemente, la decisión de hoy.
Pero dicho esto, más nos vale fijarnos en nosotras y nosotros y reflexionar sobre cuál tiene que ser nuestro modelo de actividad política. En Europa y en Euskal Herria la Izquierda tenemos pendiente una reflexión profunda sobre nuestra manera de hacer política. Ánimo. Os dejo el editorial de Gara de ayer, que me parece un buen documento para reflexionar en un día como hoy.