soltando amarras

Pasadas las navidades, por fin, acepté que había llegado a un límite. No seguramente al límite, ni mucho menos, pero sí a un límite en el que no estaba a gusto. Había engordado en los últimos meses cerca de diez kilos y me sentía pesado, cansado y sin ganas y eso a los 43 años …

a río revuelto…

Es esta una reflexión que necesariamente la hago en voz alta y de manera pública. En voz alta para ser escuchada y dé pie al debate conjunto. Públicamente porque es la mejor manera de desenmascarar el objetivo que, cada vez con menor disimulo, se percibe en la palabra y pensamiento de esas 80 familias que, …