búsqueda

Para terminar esta semana, voy a hablar y recomendar una película que me ha parecido muy buena, por la historia que narra, por el mensaje que ofrece y sobre todo por la humanidad que desborda. Lion cuenta la historia real de un  niño indio que se pierde, adoptado por una pareja australiana y la búsqueda de su familia natural tras más de veinte años perdido.

La película, realizada en 2016, nos cuenta la historia de Saroo, uno de los 80.000 niños que anualmente se pierden en ese inmenso país que es la India. Vive con su madre, su hermano mayor y su pequeña hermana en un poblado del norte, en la extrema pobreza. Su madre se dedica a recoger piedras en una cantera y su hermano y él mismo roban carbón en los trenes. El caso es que Saroo, un fatídico día, se pierde en una estación y por un accidente acaba a miles de kilómetros de su hogar. Pasa penalidades en la calle, escapando de mafias y siendo recluido en una especie de orfanato, hasta que una pareja australiana lo adopta. Veinticinco años después emprende la búsqueda hacia sus orígenes, ayudado de sus recuerdos y con la sola ayuda del nombre del poblado donde vivía. Nombre que no aparece en Google.

Es una película bella, con unos paisajes rurales y urbanos que nos llevan a la inmensidad humana que es la India. La actuación del pequeño Saroo, por Sunny Pawar, es extraordinaria, un niño capaz de transmitir todo con su cara y sus ojos negros. Y la interpretación del joven Saroo es maravillosa, con Dev Patel que, otra vez, me sorprende con su capacidad para comunicar, en este caso la propia búsqueda. Pero más allá de interpretaciones, paisajes y música, esta cinta atrae por la historia y el significado de la búsqueda.

Vivimos en una sociedad en la que hemos dejado, en gran medida, de buscar. Lo tenemos todo, o casi todo, dado. Cualquier duda que tengamos nos es dada la respuesta después de un sencillo click. Ya no preguntamos, ya no investigamos. Y esto se repite en la propia búsqueda personal. La mayoría de la sociedad se conforma con la vida que le toca vivir, sin pararse a pensar que seguramente sea una vida que no ha sido elegida. Es muy poca la gente que busca qué tipo de vida le gustaría vivir. Mirar al interior de uno mismo es incómodo y en una sociedad edificada en base a las comodidades es algo residual. Porque en realidad, la película nos cuenta la historia de una búsqueda personal a través de la búsqueda de una madre perdida. Una búsqueda que tiene sus interrogantes, sus consecuencias, su camino, su tiempo y su/sus respuesta/s. Una búsqueda que es como la vida misma.

Totalmente recomendable. Una historia de búsqueda bellamente humana. Una historia esperanzadora. Una historia sobre qué significa no rendirse.

Publicado por Daniel

Ciudadano en alerta de un planeta que estamos aniquilando, en búsqueda permanente, enamorado de la escucha y del inmenso silencio. Todo por escuchar. Lecturas escogidas, siempre.

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