Era mayo y habían pasado casi dos años desde que los falangistas y requetés se levantaron en armas contra la República. Dos años y algunos de vosotros no tuvisteis tiempo ni de intentar responder al ataque contra la democracia. En esos dos años fuisteis detenidos, os torturaron y os metieron en San Cristobal. Conociendo como conocíais que en Iruñea se fusilaba a la sombra de las murallas de la Ciudadela pensabais que teníais suerte de que os hubiesen metido en la cárcel-fuerte. Os duró poco aquella sensación. Aquél lugar no era más que una cueva oscura donde la muerte os acechaba en muchas esquinas sabedora de que un día u otro se os acabaría llevando. Visteis como se llevaba a muchos de vuestros compañeros. Enfermos, en los huesos, llenos de piojos y sucios, casi sin rastro del ser humano que eran y que los golpes y el maltrato continuo había desfigurado totalmente. Las misas no os faltaban y las palizas tampoco. Y así un día, la oportunidad se presentó a la hora de la cena. En poco más de media hora os hicisteis con el fuerte y comenzó la fuga. Algunos compañeros, cuando llegaron los camiones de los militares decidieron quedarse y otros, los más, decidisteis correr por el monte en lo que fue una auténtica cacería por los montes de Iruñerria. A vosotros os cazaron como animales, os abofetearon, escupieron y golpearon sin misericordia. Y ese mismo mayo, seguramente a esa hora en que el sol no ha hecho más que asomar un poco, entre la niebla del alba os metieron un tiro en la cabeza a cada uno. Era mayo, era Olabe y os enterraron en la húmeda tierra. Era enero, era Olabe y 78 años después os rescataron de aquella negra fosa. Era Olabe, erais 14 calaveras con un agujero de bala cada una y nadie os lloró más que lo justo. Llegará el día en que os pongamos nombre, sepamos de vuestra vida, de la vida que os arrebataron, de la que le quitaron a los vuestros. Ese día podremos llorar vuestro asesinato. Descansad y que la luz eterna arrope vuestra memoria.
Dedicado a @eguzkihots