el Ensanche también existe

Ayer nos juntamos 12 personas en una convocatoria que EH Bildu hizo en el Ensanche. Una convocatoria para crear un grupo de trabajo regular que trabaje las diferentes problemáticas que existen en el barrio. Y no se cómo lo veréis, pero yo la verdad es que salí a gusto, porque juntar a doce personas, mitad hombres, mitad mujeres, de una media de edad quizás algo avanzada, pero con personas jóvenes también, me puso las pilas. Todas estas personas fueron a una reunión porque creen que existen posibilidades de hacer algo por su barrio, un barrio que casi no tiene conciencia de serlo, que es más ciudad que otra cosa, pero en el que vivimos miles de personas con las mismas problemáticas que en el resto de Iruñea. El Ensanche, Zabalgune, es un barrio que ha sido siempre catalogado como «la zona nacional», pero que, más allá de clichés y estereotipos, tiene una realidad política y social que, seguramente, sorprenda a más de una persona.

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El Ensanche es el barrio con el que la vieja Iruñea rompió el complejo amurallado que la conquista española impuso para impedir crecer a la ciudad y fue a finales del XIX, con el I Ensanche, y principios del XX, con el II Ensanche, cuando este ensanchamiento, esta apertura de la ciudad, se hizo realidad. Esta apertura posibilitó el crecimiento de la ciudad en la parte sur, hasta que vinieron los fascistas y nos colocaron el mamotreto de los caídos cerrando el final de la avenida de Carlos III. El hecho de que el barrio sea, junto a Alde Zaharra, el centro político, financiero y comercial diluye el sentimiento de barrio, no sólo entre las vecinas y vecinos, si no en el seno de las instituciones.

Históricamente se ha catalogado al Ensanche como el barrio donde vivía la gente bien y la realidad es bien distinta. Por de pronto el propio Ensanche tiene zonas con realidades sociales muy diferentes entre sí y eso es algo que se ve, incluso, en los resultados electorales. Si bien es verdad que en este barrio arrasa la derecha no es menos cierto que los porcentajes no son tan diferentes a otros barrios. Por otro lado el hecho de que existan muchas casas de grandes dimensiones favorece los flujos migratorios siendo un barrio que recibe a muchas personas migrantes que conviven en gran número en estos pisos. Vazquez de Mella es una de las escuelas que más estudiantes provenientes de otros lugares tiene. Y digo yo que habrá que aprovechar esta riqueza social y cultural para dejar que corra el aire fresco por Carlos III.

La población va envejeciendo a pasos agigantados y eso tiene unas consecuencias directas en las necesidades de las personas mayores que viven en casas ya antiguas, gran parte en proceso de rehabilitación, y en la propia calidad de vida de estas personas. Si en 2001 el porcentaje mayor de rango de edad era el situado entre los 30 y 44 años, en 2010 era el de los 45 a 64 años. Es un barrio, por lo tanto, necesitado de unos servicios sociales destinados a personas mayores reforzados.

Quizás la imagen del Ensanche está unida a dos realidades, dos realidades que pueden darnos una imagen errónea. Por un lado el Ensanche está unido al comercio, siendo el centro comercial de la ciudad. La realidad es que, más allá de Inditex y grandes cadenas, los comercios y negocios familiares van cerrando a marchas forzadas debido al encarecimiento de las bajeras y la competitividad salvaje impuesta por estas grandes firmas y multinacionales. Por otro lado la sombra de la cúpula del edificio llamado de los Caídos, donde todavía reposan los restos de los genocidas Mola y Sanjurjo, ha imprimido a este barrio, donde en los años 30 y 40 más se hablaba euskera de la ciudad, un tufo a Régimen, derecha y conservadurismo (es verdad que en este barrio hay más perlas por metro cuadrado en las orejas de las señoras que tulipanes en Holanda).

Zabalgune es un barrio que quiere solucionar sus problemas de tráfico, dar un impulso al comercio local, buscar una buena salida para Salesianos y Maristas, que quiere actividades municipales en la calle, que aboga por crear un espacio de cultura con los modelos educativos artísticos presentes en el barrio, que necesita apoyo para la rehabilitación de sus casa y que trabajará para que el mamotreto de los Caídos pueda convertirse en una referencia para la convivencia vecinal y la memoria. Todo esto y más.

Ayer doce personas nos juntamos por primera vez con estas intenciones, para pasar de la resistencia a la ofensiva y con ganas de que más de una perla se caiga de las orejas de esas señoras por el meneo que le vamos a dar al Ensanche. El cambio también se va a construir desde aquí.

La próxima cita el 22 de febrero, a las siete de la tarde, en el Civivox del Ensanche en la plaza Blanca de Navarra.

Gora Zabalgunea!

Publicado por Daniel

Ciudadano en alerta de un planeta que estamos aniquilando, en búsqueda permanente, enamorado de la escucha y del inmenso silencio. Todo por escuchar. Lecturas escogidas, siempre.

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