Sin duda, más allá de que López, aquel lehendakari desaparecido, haya sido elegido presidente del Congreso de los Diputados con el voto del PP (como cuando llegó a la Lehendakaritza), la fotografía ha sido la de una diputada, Carolina Bescansa, de Podemos, que ha ido con su bebé al hemiciclo y se ha sentado con su hijo en el escaño.
Estoy de acuerdo en que a este tipo de cosas hay que darles mucha más naturalidad de lo que se le da y sobre todo hay que utilizarlas para visibilizar una situación a la que muchas mujeres, en un momento u otro de su vida, se ven abocadas. Una mujer debe tener su derecho a la maternidad y al trabajo (amén de otros derechos como el del ocio, el descanso o el estudio) reconocidos sin que uno u otro/s supongan un recorte en otro derecho. Es decir, algo tan sencillo como que una mujer pueda ser trabajadora y madre, o madre y estudiante, debería estar recogido y protegido en las leyes. La maternidad no puede ser, de ninguna de las maneras, un impedimento para la actividad laboral o académica de una mujer. Ni tampoco puede ser un obstáculo para la actividad social, política o militante de ninguna mujer por el hecho de ser madre.
Al ver las fotos me he acordado de una compañera de EH Bildu, Eva Aranguren, que en la anterior legislatura, siendo concejala, fue madre al principio de los cuatro años. Eva se las apañó, como bien pudo, para ejercer su labor de concejala y la más importante de madre simultáneamente. No la llevó a ningún pleno porque tuvo posibilidad, gracias a su pareja principalmente, y a las y los abuelos de su hija, de poder dejarla el tiempo necesario en otro lugar. A mi en alguna rueda de prensa me tocó cuidarla también (¡pobre txiki!). Pero hay muchas mujeres que no tienen esa posibilidad o sencillamente no quieren utilizarla. Por eso me ha parecido muy interesante lo ocurrido hoy, porque ha encendido, más allá de argumentos simplistas, el debate sobre la maternidad de las mujeres trabajadoras o estudiantiles sin que sufran discriminación alguna por su condición y estado.
Otra cosa, y aquí sí tengo más dudas, es si llevar a tu hijo al hemiciclo, pudiéndolo dejar en la guardería del Congreso, es lo mejor para el bebé. Se me dirá, y con razón, que el mejor sitio de un bebé es con su madre, pero yo, qué queréis que os diga, no meto a mi txiki a esa jaula de buitres ni loco. Y junto a este debate está el otro, el de la defensa de la imagen de la criatura y el de la demagogia por la utilización de esa imagen. Y también está lo que hace Carlos Salvador, diputado de UPN, que se suelta una frase de hooligan en su Twitter y se queda tan ancho. Pero bueno, eso, como es lo que hace siempre, no es noticia.
Quizás este debate de lugar a otro, o quizás sea una continuidad del mismo, en donde podamos reflexionar sobre los derechos de las personas, mujeres y hombres, condicionados en su vida laboral, académica, social, política y militante por el hecho de estar cuidando a familiares enfermos, discapacitados o de avanzada edad. El melón está abierto. Avancemos.