La entrada de esta semana hace referencia a una película impresionante, de un director que es maestro de la historia del cine, con una música de uno de los mejores compositores que ha habido y que utiliza partes de una de las óperas más famosas de todos los tiempos. Vamos, palabras mayores. La escena de hoy corresponde a la película El gatopardo, de Lucino Visconti, que tiene música de Nino Rota, pero que en la escena comentada hace uso de partes de La Traviata, de una manera muy curiosa.
Era 1963 y el director de cine aristócrata Lucino Visconti di Modrone, filmaba una historia sobre una familia aristocrática en los tiempos del Risorgimento, o unificación italiana, basada en una obra, del mismo nombre, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Esta reflexión sobre la decadencia estaba protagonizada por Burt Lancaster, Alain Delon y Claudia Cardinale y obtuvo la Palma de Oro del Festival de Cine de Cannes. Considerada, con razón, obra maestra del cine europeo de los sesenta, tiene en su puesta en escena y la recreación de la época que relata, uno de los principales ingredientes para que no os la perdáis. Pero vamos a la escena.
Como las tropas de Garibaldi están ya invadiendo Sicilia, el príncipe de Salina se refugia, con toda su familia, en la casa de campo que posee en Donnafugatta. Tras un viaje en carruajes, con un polvo siciliano que es parte de la propia historia, llegan a la localidad, cansados, sucios, polvorientos y con todo el pueblo esperándoles para darles la bienvenida, banda incluida. Lo curioso es que la banda toca, con un sonido de banda de pueblo de finales del XIX, ni más ni menos que la música de un coro de la ópera de Verdi, La Traviata, titulado Noi siamo zingarelle (somos las gitanas). Tras hacer el desfile entran en la iglesia para asistir a una celebración, y lo hacen al ritmo de la música de órgano que toca, de nuevo, otra parte de La Traviata, en este caso la desgarradora declaración de Violeta a Alfredo tras haber hablado con el padre de este, en el impactante Amami, Alfredo. En fin, que la escena queda tremendamente italiana y la banda y el órgano interpretando la ópera quedan como si hubiese sido escrita para banda y órgano. A ver qué os parece.
Y aquí os dejo los vídeos con las partes de la ópera La Traviata. El primero el coro Noi siamo zingarelle, de la fiesta en casa de Violeta del II Acto, a partir del minuto 1:03, que es la música de la banda:
Y finalmente la parte que toca el órgano a la entrada de misa, en este caso el Amami Alfredo, también del Acto II, en una interpretación de Anna Netrebko:
La Traviata es una ópera que compuso Giuseppe Verdi en 1853 y está basada en la obra de Alexandre Dumas, La Dama de las Camelias. Cuenta la historia de amor entre Violeta Valery y Alfredo Germont, una historia difícil que cuenta con la desaprobación de la familia de él ya que Violeta es una conocida cortesana. El caso es que, por amor a Alfredo, Violeta lo abandona y se refugia en su casa parisina donde coinciden en una fiesta donde él la rechaza publicamente por despecho. En el tercer acto vemos a Violeta enferma de tuberculosis y recordando constantemente a Alfredo, que tras enterarse de su enfermedad va a visitarla para conocer, poco antes de su muerte, que ella lo sigue amando. ¡Puro drama!
Esta ópera, que no tiene nada que ver con las óperas históricas de Verdi, es psicológica, intimista y narra los sentimientos y pensamientos de los personajes. Se puede decir que Verdi llegó a la madurez con esta obra. Su parte más famosa es el archiconocido brindis del Acto I, donde los protagonistas y el coro cantan al unísono el consabido Libiamo libiamo… Los preludios de los actos I y III son dos piezas orquestales también de una belleza extraordinaria. Si alguna vez tenéis oportunidad de verla en directo en un teatro no dudéis un solo instante, ya que es en vivo, cuando se logra entender totalmente. Si no, siempre podéis verla en cualquiera de los vídeos que rulan por ahí. Otra de las posibilidades es coger un día la ópera en casa y seguirla con el libreto. Os aseguro que a partir de entonces cada vez que la escuchéis disfrutaréis cien veces más. Esto, por cierto, ocurre con cualquier ópera, incluso, con cualquier obra músical.
Entre las cientos de versiones existentes os voy a recomendar dos. La primera es una versión completa, con una Renata Scotto en el papel de Violeta y un Alfredo Kraus en el de Alfredo, dirigidos por Ricardo Muti para el sello EMI en una grabación de 1982.
La segunda tiene como protagonista a la mejor Violeta de todos los tiempos, María Callas. El único pero, es que el sonido de las grabaciones de Callas en esta ópera no son muy buenas. La versión que os presento es una grabación del Coro y Orquesta del Teatro Sao Carlos de Lisboa, del año 1958.