Acabo de terminar un librito bastante curioso, escrito por el japonés Keisure Matsumoto, monje del templo Kõmyõji de Tokio, que lleva por título «Manual de limpieza de un monje budista. Barrer el polvo y las nubes del alma». El libro está editado por Duomo Ediciones y es una verdadera delicia, aparte de una fuente de tradiciones y curiosidades del modo de vivir tradicional japonés y budista.
El libro en cuestión no hace si no ahondar en algo tan sencillo como que la limpieza y el orden, máximas de la práctica zen, no solamente son beneficiosas para quien está en los aposentos debidamente limpios, sino, lo que es más importante, para la propia alma y espíritu. La limpieza nos serena, nos da paz, nos purifica y nos ofrece una oportunidad para meditar. Lo que este monje nos invita a hacer con este libro es a vivir el presente a través de la limpieza regular del hogar, convirtiendo estos quehaceres en un auténtico ejercicio espiritual.
El libro comienza con unas reglas básicas de limpieza basadas en el día a día de un templo budista y continúa con los preparativos y objetos necesarios (este capítulo es totalmente una curiosidad sobre instrumentos que, mucho me temo, por aquí sería imposible conseguir… más teniendo en cuenta que en nuestras casas no hay paredes con paneles de papel ni nada parecido…). Prosigue con las diferentes estancias que hay que limpiar y consejos varios para ordenar y limpiar el baño, la cocina, los efectos personales, las habitaciones y los espacios exteriores. Los dos últimos capítulos se refieren a la higiene personal y limpieza del alma y un capítulo final sobre «cuando termina la limpieza».
Un libro «de verano» que ya termina, para disfrutar con los consejos y para tomar con más alegría y satisfacción la limpieza, como parte de nuestra purificación interna.
«Nosotros no limpiamos porque esté sucio o desordenado sino para librar al espíritu de cualquier sombra que lo nuble».
Se escucha bastante interesante, siempre es bueno leer sobre las costumbres de hombres tan sabios. Lo buscaré, gracias. Saludos!
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Reconozco que al principio cualquiera podría pensar que sobre la limpieza poco hay que enseñar, ya que todo el mundo la conoce… Pero la verdad es que hay pasajes en este libro que, más allá de corroborar lo que pensamos, nos abren nuevas vías para seguir meditando.
Un abrazo
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En lo sutil de cada momento está la felicidad y la desgracia
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Esa es una de las cosas que poco a poco estoy aprendiendo… Y es una auténtica gozada!
Un abrazo
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