Siempre he dicho que soy más una persona de mañanas que de noches. Quiero decir, mi mente está mucho más activa por las mañanas que por las tardes o por la noche. Nada más despertarme mi mente es una ebullición de pensamientos e ideas que cuando consigo ordenar producen sus frutos. Por las tardes, en cambio, soy más torpe en este sentido.
Esta situación conlleva que mi momento de meditación matinal, nada más despertarme, sea mucho más difícil que el de la tarde. Me cuesta muchísimo más mantener la consciencia en ese momento, seguir mi respiración y llevar el ritmo de la meditación. Imagino que con la práctica iré mejorando en este sentido, pero soy consciente de mi limitación a esta hora del día.
¿A alguien más os pasa lo mismo?