
Como todos los años, cumpliendo una de esas tradiciones de esta ciudad, han entrado por la Puerta del camino a Francia, esa que antaño cerraban a las ocho de la tarde para que nadie entrase ni saliese de esta ciudad secuestrada entre sus murallas que siempre fue la vieja Iruñea. Han entrado, decía, sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, en camellos, porque para eso vienen de Oriente (aunque por allí los sionistas no dejan títere con cabeza, como para dejar camellos y dromedarios).
Miles de críos y crías, de gente mayor, fotógrafos y periodistas han dado la bienvenida a estos mensajeros de felicidad y también, por qué no decirlo, de esta sociedad consumista en la que vivimos. El caso es que el tercero en cuestión, el simpático Baltasar, es precisamente eso, el elemento que siembra discordia cada año, pasando por encima de opiniones generalizadas y demás. Y es que, como viene siendo costumbre, el señor en cuestión es un blanco de tomo y lomo (aparte de el más gracioso del lugar, claro está) que se pinta la cara con betún negro porque el mago Baltasar era de tez oscura según la tradición y porque por lo visto no hay negros de verdad, o subsaharianos o africanos como hay que decir ahora, que puedan cumplir con tanta gracia y profesionalidad como el personaje en cuestión el cometido de presentar al monarca más querido, con permiso de los cuatro reales del mus.
En fin, que en esas estábamos cuando el vocero de la corte de chichinabo en que algunos han convertido el Viejo Reyno se ha soltado un tuit de antología.
Y es que ahora va y resulta que lo del betún es tradición española y los que criticamos la indignidad del maquillaje somos todos unos separatistas contracabalgatas. Y mira Sergio, yo soy soberanista, independentista, abertzale y todo lo que quieras. Celebro el Olentzero y en mi familia también celebramos los Reyes, mira tú, pero a nosotros hace tiempo, más desde que la televisión es en color y no en blanco y negro, lo del gracioso de turno pintado de negro y los labios de carmín rojo nos parece un insulto a la diversidad que, afortunadamente, existe en nuestra ciudad (me imagino que también en tu pueblo Buñuel). Así que déjate de bobadas, que te vemos venir, que dentro de poco los que critiquemos el betún real seremos todos de ETA, porque ese es tu único argumento para todo.
Hace falta ser lelo (y sí, es lo más suave que se me ocurre) para poner semejante gilipollez.
Cómo te aburres…
¡¡como si se ponen pinzas en las orejas!!
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Hola Carlos. A mi lo de las pinzas como que también me da igual. Ahora, las chorradas de algunos con el tema de los Reyes Magos, betunes incluidos, pues como que me jode un rato, sobre todo porque es la imagen de una mentalidad excluyente que a mi me da «patrás».
En cuanto a mi aburrimiento o diversión decirte que cada cual con su tiempo hace lo que puede y a veces quiere, esto es, lo que le da la santa gana. Unos se dedican a correr por ahí, otros a ir al cine, los hay quienes leen y también quienes se dedican a no hacer nada. Yo intento buscar hueco, y no lo consigo, esa es la verdad, para hacer unas cuantas cosas de esas que te he dicho, y aparte también escribo, sin otra pretensión que compartir mis reflexiones, este blog. De todos modos muchas gracias por emplear tu tiempo y tu aburrimiento en leer la entrada y, sobre todo, en responder a la misma.
Eskerrik asko bihotz-bihotez! 😉
Dani
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