Sigo el curso de Miquel Barber y en esta segunda parte sobre el acto de la meditación pasa a reflexionar sobre el hecho de comentar con la mente. Según él se trata de analizar, observar y contactar, mediante un diálogo ( o no-diálogo) interno, teniendo claro cuál es el objeto de meditación y utilizando un proceso que ayude a captarlo. La cuestión es hacer que la mente vaya entrando poco a poco. ¿Y cómo se consigue esto? Vamos a ver qué nos dice:
1. Tal y como vimos en la primera parte hay que buscar las condiciones favorables para la meditación, en el entorno, el cuerpo y la mente.
2. Cuando entramos ya en la meditación la mente se rebela y se distrae y lo que hay que hacer entonces es positivizar las distracciones, observándolas sin implicarse, contemplándolas, sin entrar en diálogo. Por ejemplo si nos viene algún pensamiento simplemente hay que decirse a uno mismo «ahora estoy pensando», pero sin entrar en la materia del pensamiento. Lo mismo con los ruidos, sin entrar en el ruido, de dónde viene, etc, o con las molestias corporales, etc, etc.
3. No importa el tipo de pensamiento que sea. Es decir, aunque sea un pensamiento muy positivo simplemente hay que observarlo, nada más.
Tras la práctica meditativa es momento de hacer un análisis de lo que nos ha sucedido.
* ¿Hemos observado objetivamente?
* ¿Somos conscientes de la conexión tan directa de la mente con todos y cada uno de los aspectos de la vida, internos y externos? La mente es algo así como la esfera dentro de la cual se percibe todo. Todo está conectado en el Universo.
* ¿Nos damos cuenta de que sobre la mente de tu propia persona somos quienes tenemos la libertad de acción absoluta? Solo uno mismo, una misma, decide.
Son descubrimientos que me han dado que pensar en esta semana. ¡Que tengáis un buen fin de semana!