Desde esta ciudad que UPN se empeña en convertir en dos, la blanca y la negra, la buena y la mala, cuando día tras día cada vez es más la gente que reconoce quién es el corrupto, poltronero y maleante que, tras quitarse la careta, ha dejado ver su verdadera cara fascista, esa que, algunos, no hemos dejado de ver jamás; desde esta ciudad, digo, vuelvo al necesario ejercicio de reflexión para poder ir más allá de la arremetida fascista y poder ver cuáles son las intenciones de esta bestia herida.
Los que han estado robando durante años, los que han hecho de Navarra su cortijo, esos que hundieron la CAN, los mismos que se han dedicado a la política del ladrillo construyendo circuitos y trenes que no van a ninguna parte, los que, como aquéllos reyes absolutistas, se empeñaron en hacer su pabellón de arena y que sin inaugurarlo lo único que recoge es podredumbre, tanta como son capaces de darle los corruptos, señal inequívoca de que ese castillo de naipes lleno de poltronas empieza a desmoronarse; esos que, mientras se dedican a desnaturalizar las fiestas pretender meter las mismas en un museo que nadie quiere y que nos ha costado, solo la idea, seis millones de euros en esta tierra con 50.000 personas sin empleo. Los mismos que se empeñaron en regalar terrenos de la ciudad al Opus, ese hermano de colegio mayor que se dedica a salvaguardar desde la sombra, mediante un adoctrinamiento disfrazado de intelectualidad, los intereses de la Navarra rancia, corrupta y mangante. Esa que, no lo olvidemos, es la Navarra del 36, la cunetera, la que llenó sus tercios a costa de amenazas, de ignorancia y de falsa beatitud; la Navarra del 78, la que asesinó a tiros en las calles de esta ciudad; la Navarra que encarceló insumisos, la que creó leyes para marginar su propia lengua, la que persiguió con saña y criminalizó a la juventud comprometida; esa Navarra que condena a dos años de cárcel por tirar tartas y se alía con los del Duque de Ahumada para atacar mediante mentiras y falsos informes un modelo público de la educación. Esa es la Navarra que estos días se quita la careta con chulería, como solo lo pueden hacer los matones.
En Nafarroa el viento del cambio lucha por llegar a todos los txokos de esta tierra saqueada. Algunas y algunos ya hemos abierto nuestras ventanas de par en par para que la alternativa real y transformadora vaya impregnando con ilusión y optimismo hasta los rincones más escondidos. Porque existen posibilidades más que reales de conseguir desalojar a esos que de la noche a la mañana hicieron creer que pasaban de cuneteros a demócratas, los mismos que de un día para otro hicieron ver que se conformaban con pasar del “ordeno y mando” al “acepto la mayoría”, aquéllos que cambiaron los cuarteles por parlamentos. Pero esa gente nunca, jamás, creyeron ni aceptaron la posibilidad de una verdadera democracia para esta tierra. Ni para esta, ni para ninguna. La democracia como expresión de la libre decisión del pueblo es algo que ni quieren ni aceptan. Esa expresión en donde podamos participar de lo que se decida, hablando y debatiendo entre vecinas y vecinos, colaborando en auzolan u organizando un referéndum. Pero ese concepto de democracia es un concepto que para esa gente es sinónimo de rojos, obreros, republicanos, nacionalistas o abertzales. Esa no es su democracia. La suya es la que, por un puñado de votos cada cuatro años, les permita seguir robando, cobrando dietas y engordando sus bolsillos a costa de nuestro dinero. Navarra tierra de chorizos.
Hoy más que nunca la mafia del régimen ve peligrar seriamente sus rentas. ¿Qué pasará el día que doña Barcina no esté en el Palacio de Diputación? ¿Por dónde empezará a salir el olor nauseabundo de las alcantarillas forales? ¿Qué pasará con ese Diario golpista que se mantiene a fuerza de subvenciones y propaganda gubernamental? ¿Qué harán todos los que viven gracias al pesebre que les dan? ¿A dónde irán a hacer el besamanos toda esa corte empresarial que han engordado a costa de proyectos faraónicos entre canapé y canapé de las recepciones?
Todo eso y más, mucho más, porque estoy seguro que no nos podemos ni imaginar lo que hay ahí, todo eso es lo que esa gente va a perder en muy poco tiempo. Es mucho lo que pierden. Y van a intentar, utilizando todos los medios y quitándose las caretas de “demócratas de toda la vida”, impedirlo.
Es más, han empezado ya. Ahora son el profesorado de la enseñanza pública del modelo D, ese modelo que recibe premios a la calidad, ese modelo que una y otra vez UPN ha intentado desprestigiar a base de argucias legales, a base de no potenciar la propia opción de enseñanza en ese modelo. Pero esos eran otros tiempos. Eran los tiempos de la careta. Ahora son los tiempos de “agárrate a la poltrona y sigue chupando”, y en estos tiempos no hay caretas que valgan. Por eso acuden, una y otra vez, al único tema que les ha servido para mantenerse tantos años de mangantes. El todo es ETA sigue en pie. Pero el tema ya no está y siguen empeñados en hacer como que sí. Es lo mismo, les da igual. Tienen los medios de siempre, los que durante años hicieron creer que 40 años del silencio de los paredones habían sido “40 años de paz”; los que en el 36 saludaron a las cunetas con un “Viva España”; los mismos que entonces confeccionaban listas negras de maestros y maestras y hoy se dedican a mentir una y otra vez diciendo que las escuelas de modelo D son un nido de violencia; los mismos que se dedican a hablar de boicots al txupinazo cuando en realidad quieren decir persecución ideológica y conculcación de derechos; esos mismos que ponen en un gran titular que el paro ha descendido en 200 personas un mes para meter entre líneas que es alrededor de un 18% de la población la que está sin trabajo.
¿Y qué nos queda a nosotras y nosotros? ¡Nos queda todo! Nos queda la ilusión por cambiar esta podredumbre por aire fresco; nos queda seguir trabajando para tener mejores condiciones laborales; nos queda seguir con el compromiso de impulsar los derechos de las y los euskaldunes; nos queda seguir colaborando entre diferentes para lograr una sociedad que conviva desde el respeto; nos queda trabajar para que las instituciones sean verdadera voz del pueblo y no la cueva de Alí-Babá; nos queda cambiar esta sociedad para que mujeres y hombres tengamos las mismas oportunidades en igualdad de condiciones; nos queda una ingente labor por cuidar y revivir esta tierra contaminada que ya no puede mantenerse por si misma; nos queda paralizar y debatir sobre nuestras infraestructuras futuras; nos queda decidir qué queremos para nuestro futuro. Nos queda, sobre todo, seguir ilusionando a más y más personas para que participen en la construcción de esta alternativa de cambio que es un hecho.
Y todo esto pese al totalitarismo del 36, del 78 y del 13.
En el 36 y en el 78, se supo responder como se debía.
Aurrera heroico pueblo vasco!
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Egunon!
No cabe duda que en esta ocasión está respondiendo también, con compromiso, altura de miras y sobre todo con dignidad.
Un abrazo
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Asko gustatu zait sarrera!! Eta guztiz ados… Creo que ni nos podemos imaginar de todo lo que esconden… solo sabemos la mitad, de la mitad… pero uno de estos días se les va a acabar el chollo y se van a cagar en todo!! ;D
Aupa Dani!!! 🙂
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